Soy la bruja que no sabe lamerse las heridas y se llena de sangre las manos el estómago de pociones venenosas para no sufrir por amor al hijo Soy la bestia de las pezuñas negras encerrada al lado de la lavadora mis patas necesitan correr por el bosque bajo la luna y no los cojines verdes Soy la tarada que no baila ni grita mi cara se transforma en una mueca mis extremidades en ropa tirada encima de la cama mi garganta en un instrumento guardado en el trastero Pero abro la puerta y piso el hielo
3 comentarios:
Me parece truculento en una primera lectura aunque la truculencia es artificial, discursiva. Hay que ir hasta las entrañas del ser bruja-ser verdaderamente bruja- hacerlo sentir al lector y que provoque verdadero panico.
Soy una bruja no bruja, no sé si entiende eso. No tiene que dar miedo, sino lástima.
Se basa en una experiencia real de tres intentos de suicidio consecutivos. No es artificial, realmente me manché las manos de sangre y bebí pócimas venenosas.
Publicar un comentario