Cuánto tiempo tardé en volver
a aprender a nadar entre los gérmenes
a taparme la boca
a impedir la entrada de lo que no es agua corrediza
a descansar mirando a los ancianos
que se saludan con un carrito de la compra
en las manos plegado
el cuerpo al líquido
a flotar sin la madre que nunca tuve
sin los túper que no prepara
y a nadar sin el amor que no era
sino un eco de mi pelo en la piscina.
Tanto tiempo tardé en volver al mar
desnuda de los tiques de compra
de los tics en los ojos de los vendedores
mentirosos. Nadar de placer morirme
de placer con tantas pieles encima.
Tanto tiempo tardé en volver a aprender a nadar
en hacerme niña viciosa con whatsapp en el teléfono móvil
en apropiarme de las áreas de descanso
de las plazas de aparcamiento
restringido
que me hago la muerta sin miedo a la muerte a tu muerte a nuestra muerte a tu silencio
en un mar de lágrimas aprendo a nadar.
Otra vez soy salvaje soy la herida consciente
de que jamás cicatriza el agua.
2 comentarios:
acYo flipo con lo que escribes, en serio. Un abrazo!
Gracias!! Me alegra mucho que flipes, con esto y con todo lo que puedas. Abrazo grande y fuerte.
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