Supongo que pensaréis que esta es otra de mis mamarrachadas. Y, sin duda, lo es. Sin embargo, también es un acto politíco. Y allí quedarán para siempre unidos en el Pont Neuf de París entre tantos otrxs.
Sí, Epi y Blas, de una manera u otra, qué importa, se amaban y allí tienen su merecido cerrojo. Por tantas noches en vela como trae la convivencia. Es esta mi absurda manera de conmemorar el 28-J.
Aprovecho para besaros a todxs, como siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario