De rodillas hincada en la tierra
cometía el asesinato cortaba con
las tijeras de podar crías de árboles
yo amante de la selva y las echaba
en nuestra bolsa de basura como
un aborto Con un rastillo recogía
las hojas muertas de los pinos que
un día me llegaron por los hombros
y hoy dan sombra Llevamos los restos
al vertedero lleno de neveras Me hiciste
una fotografía en la montaña de basura
con mi vestido rojo y mis ojos de haber
cometido un delito junto a ti con nuestras
propias manos para existir en la “limpieza”
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