Nuestros dedos se juntaban cada
uno a un lado de la alambrada Yo
en la acera Tú en la tierra enlazábamos
el plástico para sujetar la tela verde
Yo que nunca salgo de mi terraza y
me quedo aterrorizada junto a la
lavadora estaba construyendo
me subía a la tapia para encontrar
tus dedos en lo alto sin miedo
aunque no podía dejar de pensar
que un día allí estuvo mi almendro
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