Hace tanto
que olvidé tus
te quiero tu cara ese rictus
que atemorizó
a mi hijo
y a mí me
revolvía las
sábanas
Entre tus bromas
volaban
celos negros de mí
de otros y
querías hacerme
pequeña
Pero yo ya soy pequeña
y no
necesito arrancar los ojos
al pájaro
para ver desde más alto
ni beber
con el sabio Te hace
sabio
aguantar la mirada
a alguien que llora en silencio
No hay comentarios:
Publicar un comentario