En la caja
de cartón una niña ha
recortado
unas ventanas que
asoman al
espeluznante parque
por el que
la gente corre sin
que nadie
les persiga aquí
dentro
retumban los estertores
del
silencio provocando
temblores
en el cuerpo
Dentro
habita un feto lleno
de sangre
que lavan y lavan y
y nunca
está limpio No puede
andar se le
olvidó el campo
No puede
atravesar la puerta
de la caja
es solo el dibujo
diabólico
de una niña que
juega a
crear ciudades y
mezcla en
la casa a la muñeca
con las
fieras salvajes con
las
pequeñas armas de juguete
El feto se
arranca la piel con
el cuchillo
sin pensar que
podría
usarlo para cercenar
la puerta
para matar a las
bestias El
feto no puede salir
de la casa
dejaría un reguero
de sangre
no puede asesinar
a las
fieras el pánico le convierte
en un falso
cadáver que resiste
un posible
ataque que nunca
se produce
La niña juega
inconsciente
del terror y
por la
noche abandona la
casa mientras
el feto llora en silencio
agarrado a
una almohada hecha con
los restos
de alguna cortina
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