Mientras
muero escribo
a mi
asesino que me devuelve
el
silencio que me escupe
el
miedo y me lo clava
Hoy
no iré al cine
Mañana
no veré el partido
de
fútbol Tendrás internet y
pasearás
con
orgullo indolente
el
humillante prestigio de ser
un mediocre
que se escurre
como
el polvo frente a un soplido
fuerte
que se te escapa
porque
no respiras más
que
el resto de los castillos hinchables
de
las ferias Ya se han marchado
los
niños y continúas
oculto
en esa máscara-mueca
en
la cerveza obligatoria
en
las piernas cortas e inflexibles
que
te atrapan en una cuadrícula
a la
que nunca perteneciste
Tú
deberías ahogarte que no
tienes
que ofrecer más
que
excel de colores y una farsa
que
se desmonta cuando levantas
la
taza de café más firme que
la polla fláccida del huérfano miedoso
que
se va de campamento urbano
Pero
los niños ya se han marchado
aunque
tú sigas jugando a un monopoly
en
el que nunca ganas
Tú
también morirás, asesino
de
niñas con palabras muertas
en
la boca Morirás mintiendo
y
mientras los niños sigan jugando
serás
un anciano con los bolsillos
rotos
y vacíos que finge entender
a
los que murieron antes.
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